María Grande al Día

La decisión del Ejecutivo Municipal respecto a “discontinuar” el comodato otorgado a los Centros de Formación Permanente de Adultos ha disparado críticas de muchos ciudadanos, aún en aquellos que no forman parte de las comunidades educativas. De la misma manera se han sumado opiniones respecto a la cantidad de trabajadores que han quedado cesantes. Los afines del hoy oficialismo local (Cambiemos-UCR) en las redes sociales recuerdan, como ejercicio de justificación de las resoluciones actuales, que hace varios años otro intendente justicialista tomó decisiones que en su momento criticaron. Por cierto, nada tienen que ver unas con otras pero parece que vale traerlas a colación (por lo menos para quienes usan dicha retórica). Lo mismo con los trabajadores cesanteados, recuerdan que hace más de 15 años, el mismo intendente justicialista cesanteó a cuatro personas, por eso parece que encuentran justificativo para quien hoy gobierna, haga lo mismo, incluso incrementando el número.
Así, quienes antes criticaban dichas medidas, hoy parecen justificarlas. Entonces uno se pregunta: ¿estaban mal hace unos años y hoy están bien? O ¿están mal en el pasado y además están mal en la actualidad?
En la reunión extraordinaria del Concejo Deliberante convocada para tratar la situación de los Centros de Formación una de las Concejales de Cambiemos justificó dichas acciones en el hecho de haber ganado las elecciones el 9 de junio. Así, sin más, como el “derecho del vencedor de una guerra”, sin importar la opinión del otro, como así tampoco las necesidades del otro y los efectos adversos.
Han pasado 36 años de democracia, en María Grande se han dado sólo dos alternancias de distinto signo político (2003 y 2019) y parece que no hemos aprendido nada.