María Grande al Día

Tras la renuncia de la diputada justicialista Rosario Romero para pasar a desempeñarse como ministra de Gobierno y Justicia de la Provincia, se produjeron lógicos reacomodamientos en la Cámara de Diputados provincial. Lógicamente, tras la dimisión de la flamante ministra del gabinente de Gustavo Bordet, asumió en su reemplazo en la banca la dirigente Esther González, oriunda de Feliciano.
En cuanto al funcionamiento de la Cámara, la mayor responsabilidad que desempeñaba Romero era la presidencia de la neurálgica Comisión de Legislación General, la que entiende en la mayoría de las iniciativas que se tratan en la Cámara.
La responsabilidad de presidir esa Comisión fue asumida por el diputado Diego Lara, quien de esta manera estará al frente de dos comisiones de suma importancia, la ya mencionada de Legislación General y la Comisión de Asuntos Constitucionales, Juicio Político y Peticiones, Poderes y Reglamento. Vale recordar que estando al frente de la segunda de estas comisiones legislativas tuvo a su cargo el tratamiento en Diputados de la denuncia contra un ex vocal del Superior Tribunal de Justicia, y posteriormente la responsabilidad de sostener la acusación ante el Senado, convertido en Corte de Justicia.
Además de la presidencia de estas decisivas comisiones, Lara también es el representante titular de Diputados ante el Jurado de Enjuiciamiento.