María Grande al Día

La pena es un año menor a la que solicitó Fiscalía en los alegatos. Se comprobó que conducía alcoholizado cuando, por esa intoxicación, realizó una maniobra antireglamentaria que generó el choque frontal por invadir el carril de circulación contrario.
El juez del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, Alejandro Cánepa, resolvió condenar a Nicolás Joaquín Sanabria, de 30 años, a la pena de cuatro años de prisión efectiva más ocho años de inhabilitación especial accesoria para conducir vehículos automotores. La sentencia se conoció minutos antes de las 13 de este lunes. Los familiares de la víctima, Fernando Vince, de 44 años, era padre de dos hijos y empresario avícola, rompieron en angustiado llanto tras conocer la sentencia.

El siniestro vial ocurrió el 8 de enero de 2022 alrededor de las 7.30 en la ruta nacional Nº12 entre Cerrito y El Palenque. El acusado, de 28 años al momento del hecho, fue condenado por el delito de Homicidio culposos doblemente agravado por la conducción imprudente y antirreglamentaria de un vehículo.

El juez rechazó los argumentos de la defensa, a cargo de Corina Beisel, que pretendió sostener una duda respecto de las circunstancias en las que se produjo el choque frontal. Cotorruelo analizó las posiciones de la defensa y conclusiones que más allá del esfuerzo en poner en duda las circunstancias del siniestro y del nivel de alcoholemia que tenía su asistido, las evidencias –sobre todo los informes periciales de accidentología vial y de los médicos que abordaron a Sanabria-, permitieron comprobar que la colisión frontal del lado izquierdo de ambos rodados se produjo porque Sanabria no esetaba en condiciones de porque conducir tenía sus facultades alteradas por la ingesta de alcohol, situación que fue ampliamente corroborada por distintos testimonios.

El juez rechazó uno de los agravantes sostenidos por el fiscal, Eric Zenklusen, respecto de la velocidad a la que se conducía Sanabria en las condiciones que se señaló anteriormente, Así, sostuvo que más allá de las pericias respecto del estado en que quedaron ambos rodados y de una huella de frenada de alrededor de 30 metros, aquel agravante no pudo ser acreditado con la certeza que se requiere para su análisis.