María Grande al Día

El partido empezó favorable para Cañadita, a los 4´el gol de Holotte de tiro libre. Parecía que el tricolor había resuelto de manera sencilla su primer gran desafío, que era igualar la serie.
Pero al equipo de Jorge Farías le paso que “no supo administrar esa riqueza que le vino de golpe”. No se armó bien para manejar el trámite del encuentro, por el contrario, le permitió a Cerrito que le ganara la mitad del terreno, y no demoró mucho en llegar el empate. Castiglione mete un fuerte disparo entrando por derecha, que se le cuela por la parte alta a Spessot, en una jugada que en la previa “Nico” Riquel recibe una clara falta, que ni el árbitro ni la línea por ese lado advierten. (el mayor error que se le puede achacar a Maxi Clauss, que en general tuvo una buena tarde)
10 ´minutos después llega el primer gol de Aguilar, con Ángel Ferreyra que corta en la zona media, rompe líneas y saca un fuerte remate, que el arquero de Cañadita despeja de manera corta y que es bien aprovechada por el goleador. Y a los 31´ el tercero y definitivo gol del encuentro, otra vez “Braka”, aprovechando por el medio una nueva desatención del fondo seguiense.
Lo que quedó de esa etapa y todo el segundo tiempo, fue Cañadita empujando, y Cerrito agazapado para meter una contra. Ocurrió pocas veces, pero también es cierto que lejos estaba el verde de pasar sobresaltos. Cañadita “se fue apagando”, porque los jugadores donde estaban depositadas las esperanzas de juego, lejos estaban de su mejor nivel.
Otra vez festejo Cerrito Campeón, y no sorprende a nadie. Solo confirma en los hechos, la teoría que un trabajo a largo plazo, con jugadores del club y con un gran sentido de pertenencia, es la mejor inversión en un futbol amateur como el nuestro.