“Es común que los actores elijan otros territorios donde seguir operando, porque no van a pasar a ser buenos chicos. Si no se los detiene, se mudarán de territorio”, explicó a Infobae Néstor Roncaglia, el ministro de Seguridad provincial
Por: Juan A. Bracco
Los tres niveles del Estado y las fuerzas de seguridad han montado un operativo cerrojo en la cabecera del puente Rosario – Victoria para evitar que el narcotráfico desembarque en Entre Ríos. Los vecinos están temerosos pero dispuestos a defender su estilo de vida.
La onda expansiva de la ola de criminalidad que han desatado las bandas narcos en Rosario ha cruzado el río Paraná y sacudido la vida pacífica y pueblerina de Victoria. Las dos ciudades presentan grandes contrastes. Una es una urbe cosmopolita con más de un millón de habitantes. La otra, una comunidad de 40 mil personas donde todos se conocen.
Además de acompañar la lucha contra el narco del gobernador santafesino Maximiliano Pullaro, el gobierno de Rogelio Frigerio ha impulsado acciones concretas para evitar que Victoria sea víctima del “efecto cucaracha”. La imagen remite a la dispersión de cucarachas que se produce cuando se ilumina una habitación o se las ataca en un punto determinado.
“Cuando la luz del Estado se enfoca en la narcocriminalidad, es común que los actores elijan otros territorios donde seguir operando, porque no van a pasar a ser buenos chicos. Si no se los detiene, se mudarán de territorio. Puede ser Córdoba, el norte de Santa Fe o Entre Ríos”, explicó a Infobae Néstor Roncaglia, ex jefe de la Policía Federal y actual ministro de Seguridad entrerriano.
El funcionario buscó poner en contexto la situación. “Estamos atentos y ocupados porque nuestro territorio es propicio” para recibir la fuga de las bandas narcocriminales, acotó.
La semana pasada hubo un primer encuentro de primer nivel en Paraná. Este lunes fue el segundo. En Victoria se dieron cita Roncaglia, la intendenta Isa Castagnino, las fuerzas de seguridad federales, la cúpula de la Policía de Entre Ríos, fiscales y jueces federales y provinciales.
“La cuestión es aunar esfuerzos y estar atentos”, remarcó el ministro de Seguridad. Roncaglia se mantiene en contacto permanente con su par santafesino, Pablo Cococcioni para intercambiar información sobre “si delincuentes que ellos tienen investigados o apuntados se están mudando” de Rosario.
El foco del operativo es el puente Rosario – Victoria. “Desde hace una semana hay un control permanente las 24 horas con grupos especiales de la Policía y la Brigada Canina. Lo mejor es prevenir que estos delincuentes pasen armas o drogas” a la provincia, amplió Roncaglia. Además, apuntó que un esquema similar se está llevando adelante en el paso Paraná – Santa Fe por el túnel subfluvial.
En defensa de un estilo de vida
Rosario y Victoria están vinculadas por vía terrestre desde principios de siglo. Son 60 kilómetros que incluyen el puente sobre el río Paraná y la ruta 174 que atraviesa las islas del pre delta en territorio entrerriano. En menos de una hora, se puede pasar de un lado a otro.
El ministro de Seguridad apuntó que vio a la población victoriense “tranquila pero algo preocupada” sobre lo que puede pasar. Por eso “no hay que cruzarse de brazos y ser un mero espectador y que después la tormenta te sorprenda. Hay que ser predictivo. Ver lo que está pasando y las consecuencias a futuro”, razonó.
“La población de Victoria no está alarmada pero sí precavida”, coincidió Castagnino en diálogo con este medio. La Intendenta de la ciudad puso a disposición de las fuerzas de seguridad el sistema de cámaras en vía pública a fin de realizar un monitoreo conjunto. También se trabajó en la ampliación de la red.
Los vecinos de la pequeña localidad “están preocupados, pero no hay pánico ni terror por la inseguridad. No quieren que se produzca ningún tipo de asentamiento” poblacional en la zona, abundó la mandataria local. Además, la inquietud pasa porque gran parte de la vida de la comunidad está vinculada con la gran urbe. Muchos trabajan en Rosario y otros tienen hijos estudiando allí.
“Victoria sigue siendo una ciudad tranquila y segura. Queremos conservar eso, resguardarnos, continuar con nuestra cotidianeidad de caminar por las calles a cualquier hora, que nuestros niños puedan ir solos a pie a la escuela. Son cosas que hacen que elijamos vivir en nuestro pueblo. Vamos a defender esto”, sentenció la Intendenta.
Castagnino también tomó medidas. Creó un área de Protección Civil en el Municipio y reordenó espacios sobre cabecera del puente, donde se agolpaban decenas de camiones en tránsito nacional e internacional.
Las autoridades provinciales y municipales están atentas a que el narcotráfico rosarino “no compre tierras ni hagan edificios. Muchas veces se ve que invierten, dan trabajo y uno se pone contento”, señaló Roncaglia. Pero en realidad esto es indicio de que los narcos “se están instalando en tu geografía. Y una vez que se emplazan son como un cáncer: cuesta sacarlos”, reflexionó.
“En la provincia hay narcomenudeo. Pero Entre Ríos es una isla. Está rodeada de ríos. Tenemos un plan de control exhaustivo para que (las bandas narco) no utilicen nuestro territorio para el crimen organizado”, remató.
Fuente: infobae.com
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