María Grande al Día

escribe Francisco Stang

El jueves pasado se llevó a cabo la apertura de sesiones ordinarias del Honorable Concejo Deliberante de María Grande, con el discurso del intendente de nuestra ciudad. Transmitiré respetuosamente algunas conclusiones personales sobre el mismo.
A diferencia de los últimos años, en el que nos habíamos acostumbrado a escuchar un discurso más descriptivo y pormenorizado de la gestión de gobierno, donde se enumeraban detalladamente todas y cada una de las tareas, gestiones y servicios prestados por el municipio y se hacía un recorrido de lo realizado, área por área, incluyendo todas las dependencias de la municipalidad, esta vez se decidió enfocar el mensaje de apertura de sesiones priorizando un alegato político partidario, destinado fundamentalmente al cuestionamiento del gobierno provincial y nacional, que poco tiene que ver con la función institucional que ordena la legislación provincial para este acto de gobierno tan importante y particular hacia la ciudadanía de María Grande. El acto de apertura de sesiones del HCD, es el momento en el que el Departamento Ejecutivo Municipal debe rendir cuentas de sus actos de gobierno ante los concejales y la comunidad que representan. No es éste, en cambio, el ámbito para sentar las posiciones políticas partidarias del gobierno de turno, como se realizó en esta oportunidad, fundamentalmente en la primera parte de la exposición.
Como lo mencioné en otras oportunidades, veo al actual gobierno local, enmarcado en el marketing y la publicidad y no así en la gestión pública propiamente dicha. De esta manera, nos pretenden vender esta gestión de gobierno como un producto novedoso, transparente y eficiente, mostrándonos, con imágenes del mundo virtual que generan las redes sociales, lo que el común de la población no ve muchas veces en la realidad. En esto, creo que quizás también debería prometerse menos y hacerse más, como muy bien lo mencionó el Sr. Intendente en su lectura.
Me ha llamado mucho la atención que la primera parte del discurso de apertura, relacionada a “la gestión y sus contextos”, sea una fotografía de lo que ha ocurrido este año en otras aperturas de sesiones en municipios del mismo signo político. No por el contexto en sí, sino por las similitudes “de forma” existentes entre un discurso y otro. Puede citarse, como ejemplo de ello, el caso de Chajarí. Casualmente, de la lectura de algunos portales de noticias provinciales, pude advertir que el esquema y contenido del discursorealizado por nuestro intendente, más allá de algunas particularidades propias de esta gestión, no varía demasiadodel que llevaron a cabo sus otros pares de cambiemos. Esto me permite llegar a la conclusión de que, así como veíamos reproducir eslóganes de campaña a los candidatos de esta fuerza política dentro de un paquete publicitario en las épocas de elecciones, de igual manera los vemos ahora en sus respectivas gestiones, reproduciendo discursos en cadena, todos con la misma impronta y bajada de línea, que muchas veces, quizás puedan tener correlato en la realidad de alguna localidad, pero que no siempre -está claro- se asimilaen el escenario local. En otras palabras: gran parte del discurso no ha sido más que un “copie y pegue” que sus asesores han tomado de sus propios colegas.
Más allá de estos detalles, quiero avocarme a analizar algunas de las tantas omisiones que estuvieron latentes en la exposición del Departamento Ejecutivo a nivel local, especialmente a las críticas esbozadas hacia el gobierno provincial y el nacional.
Tal como ocurrió con la gestión de cambiemos a nivel nacional durante la presidencia de MauricioMacri, el actual gobierno local parece haber encontrado, nuevamente en el peronismo, el germen de todos los problemas económicos, políticos, sociales y-ahora también- sanitarios. De esta manera han intentado justificar la mayoría de sus limitaciones y falta de respuestas a las demandasexistentes a nivel local. No puede negarse que la pandemia generada por la COVID-19dificultóverdaderamente todas las gestiones de gobierno, pero en nuestro pueblo pareciera ser que la misma les ha venido como anillo al dedo para justificar errores propios e ineficiencias de gestión que, hasta el momento, no quieren asumir.
En cuanto a la gestión de crisis devenida por el coronavirus, se advierte una opinión sesgada, parcial y con poca autocrítica de la gestión local.Nadie contó con la experiencia previa de gobiernoque permitiera dar certezas para administrar una crisis semejante, que no solo es económica sino que, peor aún, fue producida por una cuestión estrictamente sanitaria, que en nuestro país se agravó debido a la crisisque se atravesaba desde antes. Como dijo oportunamenteel presidente Alberto Fernández, “gobernar con la pandemia, es administrar lo desconocido”. Y esta situación atravesó a todos los gobiernos por igual. Fue así en la Nación, en las provincias y en todos los municipios. Y como si esto fuera poco, basta fijarse en los reportes periodísticos de los principales portales de noticias locales e internacionales, que lo mismo que nos ocurrió a nosotros, les pasó a toda la humanidad. No hay país ni continente que no haya tenido que administrar lo desconocido en este contexto. Por eso, criticar la gestión de la pandemia del gobierno nacional con el diario del lunes, luego de haber demostrado contradicciones propias en el ámbito local, creo que es una posición facilista que pretende eximirse de responsabilidad y obviar una autocrítica de sus propios desaciertos en la gestión. Y sino, preguntémonos:¿Qué hubiera pasado si el gobierno nacional hubiera tomado la decisión de evitar la cuarentena y las restricciones a la circulación desde el principio? Me atrevo a decirles que así como la oposición nacional salió a golpear cacerolas para pedir el fin de las restricciones, con repercusiones en el ámbito local, del mismo modo hubiera salido para que el gobierno las implemente. No hace falta mirar países o continentes lejanos para comparar. Miremos, aquí cerca nomás, el triste suceso que aqueja a nuestros vecinos del Brasil, cuyo destino navega a la deriva del presidente Bolsonaro, un personaje nefasto y autoritario que ha defendido e implementado las mismas políticas antipopulares que aquí instaló el macrismo.
De todos modos, no vamos a negar que en este contexto de pandemia se cometieronerrores de comunicación y que también se tomaron determinaciones que resultaron desproporcionadas o poco satisfactorias. Pero, como dije, esto ocurrió en todos los estamentos de gobierno. Sin ir más lejos, ocurrió lo mismo en nuestra ciudad, donde las primeras medidas se implementaron con celeridad, con la colaboración de los distintos actores locales, con la creación del COES -aunquecon un limitado y casi nulo funcionamiento-, incluso con la sanción de una ordenanza de emergencia, donde el oficialismo local le atribuyó la suma del poder público al Departamento Ejecutivo, con el “argumento” de la crisis sanitaria. Pero, como es sabido, en el transcurso de la emergencia, nuevamente “pasaron cosas” y lo que efectivamente ocurrió fue que de que mientras el gobierno nacional decidía iniciar el camino de reconstrucción del sistema de salud a fin de evitar el colapso sanitario e implementaba un plan de emergencia nacional a través del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), otorgaba Créditos a Tasa Cero para monotributistas y autónomose implementaba el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para que las empresaspuedan pagar los sueldos de sus trabajadores, entre otras políticas de emergencia,la oposición nacional -una vez más-decidió emprender una grosera confrontación política, en sociedad con intereses de los sectores más concentrados del poder económico,para poner de rodillas a nuestro Presidente. En este contexto, se sumaron también los gobiernos locales de cambiemos, donde por ejemplo en nuestra ciudad, hicieron caravanas en contra de estas políticas, en pleno auge de la pandemia, donde algunos funcionarios y concejales llegaron primeramente a negar la enfermedad y sus graves consecuencias. A partir de aquí, de alguna manera, consintieron -entre otras cosas- la realización de fiestas clandestinas y dejaron libradas al azar las consecuencias de la enfermedad. Decidieron, justamente, no hacerse cargo de la gestión de la pandemia, cuando la misma empezó a golpear nuestras puertas. Como si esto no fuera poco, llegaron a habilitar boliches en pleno aumento de casos, en un claro desprecio hacia la población más vulnerable en este aspecto, como las personas mayores y con enfermedades preexistentes. ¿Y el interés general?Bien, gracias. Fue tan burda esta maquinaria opositora desplegada hacia el gobierno nacional que, en una primera etapa, llegaron a oponerse públicamente a la vacunación y negar su efectividad. Desde inoculación ideológica hasta envenenamiento. Así de burdas fueron las denuncias que este sector político defendía. Así de torpes fueron las acusaciones del sector de cambiemos que, luego de haber negado la enfermedad y posteriormente oponerse a la vacuna, finalmente terminaron indignados por el vacunatorio vip, hecho que nos causó a todos, desde luego, una profunda indignación y que personalmente he repudiado absolutamente por considerarlo inmoral.
Como mencioné, de estas incoherencias, pareciera no hacerse cargo la gestión actual. Lejos de eso, se ha intentado generar un discurso forzado para exceptuar de responsabilidad al anterior gobierno nacional de Mauricio Macri, diciendo que el problema no fue de él y su gobierno sino que es del movimiento peronista. No es otra cosa que el falaz discurso que implementó el líder de su espacio político sobre los “70 años de peronismo”, como el mal que aqueja a la Argentina. Sinceramente, dirigir el discurso de una gestión hacia el anti peronismo para fundamentar sus incapacidades y falta de respuestas a los problemas estructurales, jamásnos ha conducido a obtener soluciones. La historia demuestra todo lo contrario.Es ésta una explicación con un claro trasfondo antidemocrático. No es más que una bajada de línea ideológica que se pretende instalar arbitrariamente en cada ámbito de discusión política, que bien podría ser incorporada como parte de las nuevas “zonceras argentinas”, de acuerdo a la terminología utilizada por Don Arturo Jauretche.
Y así, como ahora se critican las restricciones implementadas durante los primeros meses del año pasado, el municipio local olvida que en su momento aprovechó las mismas para cerrar todos los accesos a la localidad, instalando puestos de control que sirvieron, principalmente, que para cobrar “peajes encubiertos” a todos los proveedores de comercios locales, incluso a comerciantes del pueblo que cuentan con transporte propio, a través del famoso cobro indiscriminado de la “sisa”, engrosando su recaudación tributaria y generando excesivas arbitrariedades que, en su momento,estuvieron lejos dehaber servido de ayuda y protección al comercio local. Al contrario, terminó generando un aumento indirecto al precio mayorista que paga el comerciante por sus productos y que luego el mismo -claro está- debe trasladar al precio que paga el consumidor. Debe saberse que, en épocas donde la inflación nos aqueja a nivel país y genera daños económicos en todos los sectores, este tipo de políticas implementadas en la ciudad, lejos demorigerarlas, las acrecienta aún más.
He leído también que la actual administración municipal se jacta de tener como premisa el “cuidado de los recursos”. No se explica entonces por qué el presupuesto del año en curso, prevé un injustificado aumento de la deuda flotante en $ 9.000.000 para el actual ejercicio.Tampoco se entiende por qué, desde el comienzo de esta gestión, el pago a proveedores del municipio pasó a realizarse a plazos que oscilan entre los 60 días o incluso varios días más. Al respecto, cabe recordar que hasta el año 2019 los pagos a todos los comercios y servicios que proveen al municipio se realizaban en plazos que oscilaban, generalmente entre los 15 y 30 días.Debe saberse también que la extensión de los plazos de pago, en el actual contexto, genera también una remarcación en los precios por parte de proveedores, como resguardo de sus ventas ante la inflación reinante. Para graficarlo mejor, lo mismo ocurre cuando un vecino saca fiado en el almacén del barrio. El precio que le cobran es el del día de pago y no así el del día que retira la mercadería. Por ello, una cosa es pagar a 15 o 30 días y otra muy distinta, pagar a 70 días, con una inflación que ronda el 3% mensual en promedio. Con todo esto no se explica que habitualmente el municipio intente, por un lado, ahorrar dinero en plazos fijos, que actualmente rondan los$2.000.000 y por el otro demore el pago a proveedores, generándole sobreprecios en las compras realizadas. En definitiva, el 2% promedio mensual que se puede ahorrar en el banco, se termina yendo por la canaleta de la inflación, que hoy en día ronda el 3% mensual, a través de la demora en pagos de proveedores. En todo caso, el ahorro en plazos fijospuede llegar a resultar una buena política de ahorro, si la misma se aplica cuando el municipio no cuenta con deudaflotante considerable en el balance mensual. En el lenguaje doméstico, es lo mismo decir que un vecino, por un lado, le paga la cuenta en 60 días al almacén de barrio y,por el otro, se guarda los ahorros en el banco.
Hablando de ahorros, el que se menciona sobre el combustible resulta, a todas luces, contradictorio o, al menos, engañoso. Se pretende instalar la idea de transparencia, intentando comunicar que el año pasado se gastó menos combustible. Efectivamente, es lógico que se haya reducido el consumo durante un año donde no se hicieron obras de magnitud. Se compara el ahorro de combustible con el año 2019, donde el personal municipal trabajó a destajo en obras importantes, como la ampliación de red colectora de efluentes cloacales del Barrio Castaldo, utilizando a tiempo completo gran parte del parque vial municipal.
En cuanto al ingreso de fondos percibidos por el municipio, se menciona el ingreso extraordinario y temporal obtenido por una moratoria municipal pero no se ha mencionado nada de la evolución de ingresos provenientes de la coparticipación de fondos nacionales y provinciales. De acuerdo a información oficial, el aumento de la coparticipación, en general, fue de un 36% en el 2020. El mismo porcentaje fue el que midió el INDEC para la inflaciónde igual año. Este dato, claramente resultó muy positivo para la municipalidad. Para ser más específicos, durante el año 2019, la coparticipación recibida por María Grande fue de casi 104 millones de pesos, mientras que la correspondiente al año 2020 fue de 141 millones de pesos. Es decir: durante el año 2020, la actual gestión de cambiemos recibió37 millones de pesos más que en 2019. Esto quiere decir que la recaudación local, en plena crisis económica y sanitaria, no se vio afectada en los ingresos coparticipables en un año donde la actividad económica se vio claramente dañada. En este contexto, cabe advertir que el precio del combustible durante gran parte del año 2020 se mantuvo estabilizado y que los aumentos salariales del personal municipal fue solo del 28 % aproximadamente para todo el año, por debajo de la inflación.
En cuanto a las demás enumeraciones de gestión, más allá de algunas particularidades, la gran mayoría de ellas, han descripto una continuidad, en cuanto a obras y servicios, de lo que ya se venía realizando. Por último, resta decir que si uno de los logros destacado de gestión, durante el año pasado, fue la reducción del uso de cartuchos de impresoras y resmas de hojas,por mi parte sugiero que no sigan utilizando la herramienta del recorte para eliminar o reducir programas municipales y políticas públicas que hasta la llegada del nuevo gobierno funcionaban plenamente y daban buenos resultados, como ocurrió -por dar un solo ejemplo-con el presupuesto que el municipio asignaba para su destacada agenda cultural. Ojalá que este año se revierta esta inacción y que los gastospresupuestados se ejecuten correctamente para verlos plasmados en acciones concretas que redunden en beneficio de la comunidad, como ocurría antes, con los 14 talleres municipales que funcionaron a pleno hasta diciembre de 2019. Del mismo modo, vendría bien que, como política de transparencia que dicen promover, se ponga a disposición de la ciudadanía, todas y cada una de las contrataciones que la gestión actual ha realizado con quienes les proveen bienes y servicios, asesoramiento y prestación de tareas, como así también sería sano que informen públicamente los gastos que cada una de dichas contrataciones les genera. De esta manera, también se podrá contribuir a mejorar la institucionalidad de la ciudad que queremos.