Concordia sigue en fase de distanciamiento social y cada vez más sectores vuelven a la actividad. Mientras monitorean los contagios de Covid-19 llevan adelante acciones para tener un plan de cara a la temporada estival. Aseguran que "es necesario adaptarse para salir adelante".
Con la idea de convertir las dudas en certezas, en Concordia desde la Secretaria de Desarrollo Económico, Turismo y Producción decidieron poner en marcha un plan para pensar en el «turismo post pandemia». La premisa es que la ciudad sea un «destino confiable», en medio de la situación que atraviesa el mundo por el coronavirus y que hace pensar en la idea de viajar como algo lejano. Con ese objetivo, los ciudadanos, agentes de turismo, empresarios hoteleros y gastronómicos y particulares de otros sectores fueron parte de un ciclo de charlas que sirvió de guía para lo que vendrá.
Bioseguridad, innovación y marketing son los pilares de las capacitaciones, y los conceptos sobre los que se montan las relaciones entre empresas y ciudadanos, que generan confianza en quienes piensen en elegir la capital del citrus como destino. La formación es la piedra fundamental para comprender que, sin garantías de cuidado, sobre todo para la salud, los turistas de estos tiempos no podrían tener en cuenta a una ciudad, más allá de los atractivos característicos de la región.
Nuevos hábitos, nuevas oportunidades
La primera parte de las charlas estuvo a cargo de la licenciada en Turismo Teresita Van Strate, quien apuntó a la bioseguridad y llevó a los ciudadanos y empresarios a pensar en acciones concretas. Entrenar el staff, optimizar los Recursos Humanos y obtener un programa «Free Covid» son, según la especialista, las metas a cumplir. Formarse para informar, obtener recursos para ser comunicativos, establecer relaciones de confiabilidad y generar un clima de comodidad deben ser el motor, y es lo que casi 200 concordienses tomaron en cuenta durante las cuatro primeras charlas.
¿Qué es un destino confiable? ¿Por qué una ciudad puede llevar esa descripción? Van Strate simplifica con una explicación lo que transmitió en los encuentros virtuales. «Un destino confiable es una ciudad que merezca que el cliente quiera venir, que pueda estar en el primer puesto en la elección del turista».
Según estudios médicos, la pandemia afectó a las personas no solo físicamente, sino también desde lo emocional. Informes establecieron cómo incrementó el grado de desconfianza, de temor, y depresión por la incertidumbre, sobre todo en los jóvenes. «Estamos afectados, tenemos mucha información, pero no sabemos bien qué podría suceder, y mientras tanto los casos aumentan. Le tenemos miedo al factor de contagio, a lo que nos pueda pasar, no hacemos tantos planes, entonces ser un destino confiable hoy es fundamental», dijo la capacitadora y describió: «Es mostrar que se saben manejar los protocolos establecidos en la ciudad, que se puede cuidar a la gente, que la higiene está por encima de todos, y ese es un rol que debemos cumplir todos, no solo desde el área de turismo, sino desde toda la comunidad, por eso todos estuvieron incluidos en las charlas».
El destino no está compuesto solo por los sectores públicos o privados interesados en la venta de plazas, sino que también la llegada de visitantes significa una ayuda para la comunidad en general, y eso debe ser tomado en cuenta para que cada actor pueda cumplir con su rol.
«Cuando llegan los turistas son los integrantes de la ciudad los que terminan vendiendo ese lugar, porque el verdulero le vende al hotelero, el supermercado le vende al restaurante y todo el elemento productivo se pone en marcha. Hoy quedó demostrado que el turismo no es solamente un momento de recreación, sino que es un factor de producción, entonces los jóvenes son los protagonistas más directos, porque son los que están en la edad laboral y son los primeros a quienes les ha afectado este parate. Es necesario aprender no solo a cuidar al turista para ser confiables, sino cuidarnos nosotros y a nuestra familia para generar ese ambiente de confiabilidad», explicó.
Reglas y estrategias, a renovarse
Mientras el tiempo sigue avanzando, las distintas ciudades aprenden nuevas reglas de comportamiento. La capacidad de poder ser un lugar receptivo reside en aprovechar el desafío y tomarlo como una oportunidad. «El virus nos cambió la vida a todos. En un congreso del que participé decían que de esto no sale el más fuerte ni el más inteligente, sino que sale el que mejor se sepa adaptar. Tenemos que cambiar muchos de nuestros hábitos de vida o naturalizar otros, la palabra protocolo nos cansa y nos pone en alerta, pero desde que nacimos seguimos protocolos y los vamos aprendiendo. Ahora tenemos que usar barbijos y seguramente terminaremos acostumbrándonos. En Asia lo adoptaron por la polución y eso les permitió llevar mejor su uso durante esta pandemia e ir bajando la curva de contagios. También la distancia en un país como el nuestro resulta difícil, pero una vez que tomemos en cuenta estos nuevos comportamientos en un 100% todo resultará más fácil», dijo la licenciada.
Para llegar a los futuros visitantes con la propuesta, también es necesario emplear nuevas estrategias de comercialización. Sobre este aspecto, Van Strate mencionó: «Tenemos que usar nuevos parámetros. Estuve en un curso en 2001 con enlace en Nueva York justo cuando cayeron las Torres Gemelas, allí hablaron sobre la necesidad de hacer un cambio en las estrategias por una situación imprevista y, salvando las distancias, esto es igual, pero en todo el mundo. Estamos afectados y para el sector hotelero y gastronómico es un desafío. Tenemos el ejemplo de lo que está pasando con las ciudades turísticas en Europa, con emprendimientos que ven sus puertas cerradas, otros que buscan la manera de salir a flote y algunos que lo están haciendo bien. Somos conscientes de que será muy difícil, doloroso, pero en nosotros está el ver el vaso medio lleno y generar las oportunidades. Tenemos que aprovechar, en cada uno está el saber subirse al tren de la oportunidad, en medio de las adversidades».
Aire puro, para «ser los primeros»
La higiene y la amabilidad no alcanzan para convertir a una ciudad en destino confiable, también se necesita que las condiciones que ofrece el lugar, según la región y sus paisajes naturales, sean explotados al máximo.
Hasta el momento, Concordia es una de las ciudades grandes de la provincia que tiene pocos casos en relación con su densidad poblacional y eso podría jugar a favor.
«La gente elige destinos también buscando poder respirar, sobre todo del coronavirus. A mí la pandemia me agarró en Costa Rica, y allí los hoteles rurales, que son termales también como los de la región de Concordia, estaban llenos de franceses y alemanes. Eso sucedió porque cuando se vieron venir el virus lo primero que hicieron fue armar sus valijas y viajar, porque al estar en destinos abiertos, con poca población, aire puro y servicios distintos sabían que estaban en mucho mejores condiciones que en su propio país», señaló Van Strate.
«La sensación de seguridad que invade a la persona cuando está en un destino confiable hace incluso que piense en volver. Tenemos que ser los primeros en la lista de selección, ya que mucha gente está pensando en viajar cuando se abran los permisos, aunque sean interregionales, y va a elegir lugares amables, bellos, como lo es Concordia, pero también entrará en balanza la parte del cuidado por la pandemia y ese es un terreno a ganar si hay conciencia social. La ciudad tuvo muchas medidas que resultaron antipáticas porque hay controles estrictos en los ingresos, pero esto sirvió para que hoy sea uno de los departamentos grandes de la provincia que no tiene tantos contagios y eso lo hace más atractivo», concluyó.
Con un panorama complicado, y con empresas que están seriamente afectadas por la crisis, la unión en pos de resultar un lugar a elegir se convierten en una luz al final del túnel para un sector que resulta fuertemente golpeado.
Fuente: El Mirador de Entre Rios
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