María Grande al Día

Es cierto que una escuela es mucho más que un edificio…es una comunidad, es un proyecto, es un ideal a perseguir,  es un cúmulo de voces diferentes que convivieron y conviven con el primordial y genuino objetivo de enseñar y aprender;  pero contar con las condiciones adecuadas para hacerlo, nos ubica en un lugar favorable para el  ejercicio de nuestros derechos…lo que nos corresponde, lo que nos merecemos, lo que esperamos de nuestros representantes.

Eso es lo que queríamos festejar ayer, lo que queríamos compartir con los que están, con  los que estuvieron y con los que nos quieren bien.

Fue una emoción enorme  ver como nuestros gurises cortaron la cinta e ingresaron a la escuela, como las familias la recorrieron y se alegraron con nosotros…también entendemos que en ese momento tan particular y emblemático para el barrio y la comunidad nuestro lugar era estar ahí, acompañando…haciendo eco de las  palabras de algunos docentes de la casa: “Como miembros de la comunidad educativa sentíamos la necesidad de acompañar a nuestros alumnos y sus familias, así como también a los vecinos del barrio donde nuestra institución está inserta”…

   Queremos hacer pública nuestra disconformidad por la forma en que se sucedieron las cosas… entendemos que era un momento para estar unidos, para hacer una pausa y compartir la alegría con las familias que recibían sus casas, con las demás Instituciones que recibían respuestas a sus requerimientos y con nuestros chicos y comunidad educativa en general que después de pasar por clases en el escenario, en el salón, debajo de los árboles, con un horario inadecuado, etc…hoy contamos con las condiciones ideales para llevar adelante la tarea que nos mueve y nos lleva a entender que se enseña en el aula y  en la vida…conocimientos y actitudes, modos y formas, batallas y pausas…

Sabemos que nuestra función atraviesa dimensiones organizativas y de gestión y nos ubica, muchas veces, al frente de situaciones de exposición y de responsabilidades explícitas… fundamentalmente como docentes compartimos  los reclamos y las luchas y repudiamos las políticas de recorte, de aprietes e incoherencia pedagógica,  pero también manifestamos nuestra congoja ante la situación de angustia y molestia de las familias que esperaban “esa inauguración formal” que se truncó por la decisión del gobernador de no llegar hasta la puerta de la Institución  para realizar el corte de cintas y recorrido por el edificio, asi como también por la manifestación organizada por la Seccional del Gremio Agmer María Grande.

Queremos hacer público nuestro agradecimiento a profesores, alumnos y padres de nuestra querida Asociación Cooperadora (sin cuyo apoyo y ayuda desinteresada nuestra tarea sería mucho más difícil) así como también al personal de la Municipalidad que durante estos días previos estuvieron trabajando y ofreciendo su disponibilidad para que hoy nuestros gurises estén tan felices y cómodos.

Especialmente agradecemos a los empleados de la Empresa C.E.M.I.C con quienes hemos compartido tanto tiempo y vivencias que nos llevaron a apreciarnos y respetarnos desde el lugar de cada uno.

Ahora nos espera la mejor parte…disfrutar de “nuestra propia casa”, acompañar la alegría de nuestros chicos y continuar en las mejores condiciones con la hermosa y gratificante tarea de enseñar y aprender cada día unos de otros»