María Grande al Día

El clásico mariagrandense se suspendió cuando faltaba un minuto y el descuento para el final. Un proyectil caido desde la tribuna de Litoral y la advertencia del árbitro, un proyectil más en forma de un platillo de percusión, y el juez Mariano González da por suspendido el partido. Ese final abrupto, sorprendió a todos, porque hasta allí habia sido un clásico jugando intensamente, con algunas jugadas polémicas, pero sin incidentes previos.

Hubo un primer rato del partido jugado con intensidad, aunque que con muchas imprecisiones. La primera jugada de peligro  es para Atlético, un remate de media distancia de Paolo Ciarroca, que rechaza con alguna dificultad Fontanini. La respuesta es una llegada por derecha de Castañeda, que encuentra la respuesta positiva de Bolzán. El gol visitante llega por una guapeada de Ciarroca, que gana un rebote en el borde del área rival, en la enredada jugada también interviene Brian Romero para que le quede de frente a Agustín Burdese, que define con remate de zurda arriba. Para la segunda parte Litoral recupera la actitud y sale a buscar el partido en terreno rival. Se expone a algunos riegos, pero Atlético no logra acertar en la contra. El empate llega por un certero pase de Herlein, una falla defensiva y la correcta definición de Murador para señalar el empate. Ese segundo tiempo fue más emotivo, quizás no tanto mejor jugador, pero sin con una ida y vuelta, y ambos con el objetivo de ganar. Hasta que llego el final inesperado y inexplicable, que empaño una tarde de fiesta futbolera.