María Grande al Día

Por algo quedó en la historia el dicho de “todo en su justa medida y armoniosamente” como la forma de conducirse en medio de los diversos y contrapuestos intereses que pujan en la sociedad.

La medida gremial bancaria, de parar por dos días tras un feriado de tres, pareciera inscribirse como una medida excesiva por el perjuicio que implica, como reclamo de un sector social.

No es necesario dimensionar los inconvenientes que causa una medida de ese tipo, desde los niveles económicos más altos del país hasta el extremo del jubilado o quien necesita del cobro de la asignación universal; tan o más importante que aquel, desde que es su problema de subsistencia diaria. (Ojalá los cajeros sean abastecidos…)

El ejercicio del derecho a huelga, que no se discute, puede permitirles también gestiones intermedias o escalonadas, sin llegar a estos extremos.

El conflicto plantea también otra arista de discusión: los distintos puntos de vista en cuanto al concepto de la representación del estado (qué debería implicar, o no) por parte de los empleados de organismos estatales,  al que oportunamente ingresaron por elección; particularmente en este caso del banco oficial de la Nación, pero que abarca también a otras actividades y otros niveles.

E.B.