María Grande al Día

Al igual que el verano anterior, un grupo de jóvenes de entre 17 y 20 años, pertenecientes a la Parroquia Nuestra Señora del Pilar ubicada en el barrio porteño de Recoleta, están misionando en María Grande, desde este lunes 26 de Diciembre y hasta el miercoles 3 de Enero. El Grupo «Kerygma» está compuesto por aproximadamente 30 personas, en su mayoría alumnos y ex-alumnos  del Colegio Nuestra Señora del Pilar. Las actividades se concentran en esta oportunidad en el Barrio Martín Fierro, previéndose la celebración de la Misa, diariamente en diferentes puntos del barrio. Los jóvenes, que se alojan en las instalaciones de la Escuela Nº 180,  recorrerán casa por casa, cada domicilio de esta zona para contactarse con los vecinos. Vale destacar que este trabajo misionero, se realiza por segundo año en María Grande, ya que el año anterior se llevó adelante en el Barrio Castaldo. Para tener una mayor referencia del grupo, replicamos en esta nota lo publicado en el sitio web de la Parroquia capitalina a la pertenecen esto jóvenes;

 Grupo Misionero Kerygma

“El verdadero poder es el servicio” – Francisco

¿Quiénes somos?

Somos un grupo misionero de la parroquia del Pilar que actualmente está conformado con aproximadamente 25 jóvenes de entre 17 y 20 años (principalmente alumnos y ex alumnos del Colegio Nuestra Señora del Pilar). Por lo que, además de estudiar y trabajar, buscamos seguir conociendo a este amigo que todos tenemos en común, Jesús…

El nombre del grupo se debe a una palabra proveniente del griego. El Kerygma es la proclamación del Evangelio, de la Buena Noticia, pero ¿qué Buena Noticia? La gran noticia de que “Ha nacido el Salvador”, de que nació Jesús, nació el Señor y Rey de reyes, que vino para amarnos, para consolarnos, para sacarnos del pecado, para “que tengan vida, y vida en abundancia”. Sin entrar en la soberbia, ¡Qué nombre que tiene nuestro Grupo! ¡Y que linda responsabilidad!

Nos reunimos una vez por semana (los viernes de 20.30 a 22.00hs) durante todo el año. La idea es estos encuentros es ir creciendo como comunidad en la oración, en la adoración eucarística y formarnos para que cuando vayamos a misionar reflejemos por lo menos un poco el Amor de Jesús que cada uno de nosotros fue y sigue descubriendo a lo largo de los años. Además de misionar a fin de año, hacemos un retiro de un fin de semana, convivencias y diferentes actividades para recaudar fondos para la misión: Ferias del Plato y Rifas. El picadito después de las reuniones o ir a comer todos juntos se va convirtiendo en una costumbre del grupo.

¿Cómo es un día típico de misión?

Uno de los rasgos principales de un día de misión es la visita por las casas, charlar con la gente. Pero ¿de qué charlamos?. Basicamente de la vida, anecdotas, alegrias, tristezas, sueños o de la familia, siempre terminando la visita, si es posible, con una oración con las personas con las que compartimos ese momento. Además de eso preparamos encuentros para niños, jovenes y adultos con el fin de pasar un buen momento, poder reflexionar y transmitir el “Kerygma”.

No nos podemos olvidar que la escuela no se limpia sola y la comida no aparece de la nada. Por lo que los oficios tambien forman parte de la mision, ya sea limpiar, ordenar o cocinar. Ademas de estos oficios, tambien hay que dividirse quienes van a los encuentros y quienes van a las casas, si hay un hospital o un geriátrico quien puede ir, quien compra las cosas que se necesites y quienes se encargan de leer o del coro(la gran mayoria se definen de antemano, pero siempre hay que estar atentos a la providencia).

Algo importantísimo de la misión es la oración, ya que por mas que trabajemos todo el dia la tierra, sin la semilla el trabajo sería inutil. A lo largo del día rezamos la liturgia de las horas(Laudes y Completas), rezamos un rosario con la gente(puede ser caminando por el pueblo) y concluímos con la Santa Misa(puede ser por los difuntos).

¿Por qué misionamos?

Porque cuando una persona experimente el abrazo de un Dios vivo que lo ama y lo espera no puede quedarse de brazos cruzados, tiene que salir al encuentro con el hermano, sea este creyente o no, pero sabiendo que como nosotros es un hijo de Dios.

Cualquier persona que haya ido a misionar puede coincidir con nosotros en que es una experiencia única e increible, donde conoces gente, lugares, y lo compartis con jovenes que a pesar de sus diferencias y sus dudas comparten un mismo deseo: Anunciar a Cristo.

Aparte, nos acompaña nuestra virgencita. ¿Qué mas podemos pedir?