María Grande al Día

Los argentinos recordamos un nuevo aniversario del golpe cívico militar que sumió al país en la tragedia más cruenta de su historia. El recuerdo del 24 marzo de 1976 implica tener presente lo que significó el terrorismo de Estado: desapariciones, fusilamientos, torturas, exilios, apropiación de bebés y la violación de todos los derechos civiles, políticos y sociales del conjunto del pueblo argentino.

Pero también significa estar alertas ante hechos de la realidad reciente. Hemos observado durante el último año expresiones que buscan relativizar lo ocurrido durante la dictadura. Este negacionismo de lo ocurrido a partir del 24 de marzo no solo busca refutar la realidad de lo sucedido para evadir una verdad incómoda, sino fundar las bases de otra interpretación de la historia reciente.

Estas expresiones, que suelen escucharse de boca de funcionarios o asesores del Gobierno Nacional, pretenden sostenerse con la ingenua argumentación de señalar que “cualquiera puede decir lo que piensa en democracia”, y vaya que es así; pero también es cierto que estar gozando de nuestros derechos no implica aceptar pasivamente la alteración malintencionada la verdad histórica.

Por eso este 24 de marzo no será un aniversario más del golpe, sino un momento en el que debemos dejar en claro que en la Argentina no se olvida lo ocurrido hace 41 años y que seguimos pensando que la única manera de llegar a la verdad es través de la memoria y de la Justicia. Solo así podremos consolidar nuestra democracia y honrar a los que dieron su vida o padecieron tormentos a raíz de su defensa.

Diputado Diego Lara

23/03/2017