María Grande al Día

Como derivación de la protesta surgida de comerciantes locales respecto a la tasa comercial municipal, el Concejo Deliberante pondrá en tratamiento la semana próxima un proyecto de especialísimo alcance en cuanto a sus consecuencias.

Se trata de prorrogar hasta fines de mayo el vencimiento del pago de las tasas correspondientes a los meses enero, febrero y marzo; con la idea no muy especificada de las acciones a cumplimentar en ese tiempo. Se supone la finalidad de introducir modificaciones a la ordenanza fiscal.

A lo largo de nueve períodos legislativos locales desde que la Municipalidad ingresó a primera categoría –treinta años para ser más concretos-, se han planteado muchos momentos críticos, de ásperos enfrentamientos a veces, pero siempre de lucha política neta. Con fuego de trinchera a trinchera, generalmente de oposición a oficialismo, por cuestiones de oportunidad, en un juego político normal, entendido y aceptado. Los presupuestos se han votado a favor o en contra, pero sin llegar a afectar la caja del municipio.

En el caso que se plantea, se toca el ingreso en tiempo correcto de la tasa comercial, que ha sido históricamente el principal componente de la recaudación de origen local, con participaciones del orden del 35 ó 40% de lo que abona el contribuyente mariagrandense.

Hiere por otra parte al ejecutivo que el origen de esta situación resulte de astilla del mismo palo. Que provenga de un edil que renueva su mandato sin actitud alguna disonante, pero que en que en este segundo período busca abrirse –en su derecho, aclaremos- camino político propio.

En primera instancia, pidiendo la convocatoria a sesión especial, la iniciativa ha tenido el acompañamiento del bloque de Cambiemos, lógico también dentro del juego político.

Volviendo al fondo de la cuestión, de tener éxito el proyecto, se daría la situación muy especial de frenar el flujo normal de caja municipal por tres meses; a una administración que cumple al día con los proveedores, a la que se le pueden hacer otras críticas, pero inobjetable en el cuidado del gasto y en el pago de sus compromisos.

Es de práctica que los proyectos legislativos que inciden sobre los recursos económicos, sean siempre ligados a su fuente de financiamiento o encuadre dentro del presupuesto. Correspondería en este caso –la seriedad del proyecto lo exige- que se traslade a números concretos el alcance de la iniciativa, para evaluar seriamente el impacto financiero; que puede originar un desfinanciamiento de la caja municipal, provocando la situación insólita* que se expone. Todo para destacar a tiempo la importancia que la iniciativa tiene.

* (desacostumbrado, fuera de lo común, extraordinario)

EB