María Grande al Día

El Consejo de Unidad Básica Local pretende transmitir —y por su intermedio a todas las nuevas autoridades de ese Comité U.C.R. María Grande— nuestra calurosa felicitación con motivo de haber sido investidos con tan alta responsabilidad, como es la de presidir ese centenario partido político en nuestra Ciudad el que, desde la militancia, ha contribuido comprometidamente al fortalecimiento del sistema democrático e institucional de nuestra querida Ciudad de María Grande.
Creemos y reivindicamos fervientemente desde nuestro espacio a la política como herramienta transformadora de la realidad cotidiana del conjunto de la sociedad, y ella solo debe ser ejecutada por aquellos que busquen como objetivo principal la prosperidad de los pueblos, pero fundamentalmente de los que menos tienen, de los más humildes. Ese —y no otro— debe ser el objetivo de quienes de alguna manera formamos parte del campo de la política, como ya lo decía el Presidente Hipólito IRIGOYEN: «…me sentí atraído por el drama tremendo de los que nada tienen y sólo anhelaban un poco de justicia. Ese poco de justicia que representa el mínimo de felicidad a que tienen derecho los proletarios de todo el mundo…».
Asimismo, es importante destacar el saludable recambio generacional que van acaeciendo paulatinamente en nuestros partidos políticos —del que Ustedes son una muestra cabal—, pues es la juventud participativa y comprometida la que nutrirá a la realidad de nuevas ideas, con amplitud y tolerancia y libres de prejuicios en torno al pensamiento de los demás, que tan dañinos resultan al momento de ejecutar las transformaciones que se necesitan.
Entendemos al mismo tiempo como muy necesaria la profundización de nuestras raíces partidarias, de nuestras banderas y de nuestra historia, que en ambos casos tienen su origen en el empoderamiento de los más humildes y en la lucha que se libró —y se sigue librando— por dotar de voz a quienes no la tenían, no permitiendo la usurpación de la ideología con intereses mezquinos o electorales que nada tienen que ver con ella.
Por todo ello, invitamos a Ustedes a complementarnos en lo sucesivo en un trabajo mancomunado en torno a esas banderas, debatiendo respetuosamente sobre nuestras convicciones, aceptando democráticamente al mismo tiempo nuestra diversidad, pero fundamentalmente haciendo hincapié en nuestros tan emparentados ideales.